MANIFIESTO
- Denunciamos la injusticia del consumismo: nada parece existir si no es vendible y nadie parece existir si no puede ser comprador.
- Alertamos del acercamiento entre sujeto y objeto: no se es lo que se sea, sino lo que se tenga. O, más precisamente, se es lo que parezca que se tenga.
- Recalcamos la banalidad de las apariencias: asimiladas como comportamiento estandarizado en detrimento de las necesidades y funcionalidades.
- Advertimos del carácter publicitario del imaginario colectivo: la realidad es ficticia, las ilusiones están a la venta y el deseo se paga a un precio exponencialmente infinito.
- Lamentamos la degradación de la capacidad crítica individual: la inercia y la cesión de responsabilidades como mecanismo de decisión.
- Relativizamos la necesidad de soluciones: asumimos que nadie es ni puede ser absolutamente ajeno, pero sí defendemos la concienciación de estos ideales como una actitud ineludiblemente responsable.
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